Me alegra ser el triste de esta historia, inconcebible quizás así de locos y contradictorios están mis sentimientos, como un triste, sentado y escribiendo cosas sin sentido alguno mientras pasa el tiempo, la música y la vida me muestra una vez más la falta de verdad en las calles, una verdad que solo los libros de antaño cuentan, y las melodías con ese chillido que adormece, que cautiva sonrisas de verdaderos amores, que tienen años viviendo en la cobija de un amor que se juraron sea eterno.
Quiero salir de esta prisión ensordecedora y robar un poco de eso, robarle un poquito, tan solo un poco de ese amor, y disfrutarlo conmigo mismo, hasta que llegue el momento de compartirlo con ella, yo sé que está ahí, que me está leyendo y que vendrá en cualquier momento, me dará una señal como se hacía antiguamente, se tapará con su abanico, me mirará de reojo y yo como un caballero iré donde ella y le pediré permiso para que me acompañe a vivir la mejor historia de amor jamás escrita.