Sé que no es correcto escribirte, que las brisas de nuestras vidas son completamente diferentes ahora y que ambos tenemos vidas distintas.
Las noches no son vacías, pero se siente a veces un vago pensamiento el recordar el cómo fue.
No tengo historias para contar porque me guardo las mejores para mí, pero quise escribirte a la lejanía para mi, desde la última despedida que tuvimos a las 4:25 de la tarde . Pasé por el lugar donde sonreíste y te convertiste en mi mejor amiga, en mi compañera, en mi alma casi gemela, que un día confié mi mayor secreto, mi mayor vergüenza y miedo que solo tú guardas.
El tiempo ha sido testigo que respetamos nuestros caminos , y que a veces en los vagos momentos la media sonrisa del recuerdo nos trae nostalgia.
No vengo a contarte nada de mí, pero espero que desde la última vez que intercambiamos palabras hayas tenido los resultados que tú quisiste, las consecuencias de nuestros actos nos han marcado.
Sonrío al ver la luna. Sonrío al recordar. Sonrío porque presiento que estás bien.
De verdad me alegra mucho. Cuídate Pequeña.