— Por favor no te molestes, compréndeme, no he hecho nada malo, solo quisiera conversar con ella.
Siena me mira, me observa
—¿confías en mí?, mientras sostengo su mano
— ¿Y si fuera al revés?
— No empieces con esas comparativas, si realmente me lo pides porque sabes que ya no sientes nada, no tendría ningún problema, solo te pido que confíes en mi
— ¿estás seguro Carlos? —me mira con preocupación
— En serio, pero siendo sincero, dudaba en comentarte o no, pero no mereces que mienta
— Me prometes que no pasará nada
— Tienes mi palabra, confía en mí
— ¿y mañana a que hora hablarás con ella?
— como a las 3:30 en el parque de la vuelta de su casa, así que será al aire, no tienes por qué pensar mal
—ash, me da colera Carlos, pero está bien, no te negaré me fastidia, pero, está bien.
Siena logró entender, no le quise dar más relleno, así que luego fuimos pasear por su casa, y luego bueno, me fui a casa. No tenía muchos ánimos, y ella lo entendió, bueno eso esperaba que hiciera, entender algo que me carcomía por dentro.
Llegué a casa, y pase la noche viendo mi techo, observando por la ventana y preguntándome ¿por qué ahora?, ¿por qué regresó?, ¿qué hice mal?, ¿por qué te fuiste? ¿Por qué no volviste?, ¿por qué esperaste tanto tiempo?, ¿aún te quiero?
Quería quitarme esa duda y me hablé a mi mismo y escribí en papel lo que en ese momento sentía y me fui a descansar.
Al despertar mis ánimos estaban raros, nerviosos, tristes, descontrolados a veces, no sabía si ser indiferente, estar triste, alegre, no sabía en qué mundo estaba, me sentía totalmente fuera de lugar con un nudo en la cabeza, en mi garganta, esperando la hora para hablar con ella.
Siendo las 3:35 de la tarde, llegué al parque, Dalia no estaba, me senté en una de esas bancas, y la esperé.
Este momento me llevó a un dejavu de a futuro.
La veo venir, estaba arreglada, al natural , como siempre, feliz, tímida, y fuerte.
Se sentó al lado mío, me miró.
— Hola
— Hola, Carlos
— bueno Dalia, ya podemos hablar, no quiero ser duro, no quiero ser malo , no quiero ser nada en estos momentos solo quisiera respuestas, quisiera que seas sincera.
Dalia asienta la cabeza con un uju, — está bien Carlos.
— Cuando te conocí me alegraste mucho, me hacías sonreír, al principio como amigos me encantabas eres chistoso, alegre, y me confiaste muchas cosas de ti, que solo las escuche, peor mientras más tiempo pasaba, no sé, me incomodaron algunas cosas, cuando me contaste lo que te pasó, me quedé pensando, te entendí,
—luego de tu drama
— si, ya, ¿me vas a dejar hablar?
—ok está bien, perdona
—Bueno, entonces, me quedé pensativa, en muchas cosas que quizás tú querías lograr, pero tenías tantas vivencias que sentí un poco de miedo, decepción, cuando me fui de viaje, aproveche para darme un tiempo para mí, si hice mal en no contestarte, en no decirte nada, solo me sentía confundida, estando sola, lejos de ti, mi mente comenzó a pensar en muchos escenarios a futuro, comencé a llenarme de cosas que quizás no podría darte por que tú sabes como soy , también recordaba los momentos bonitos que pasamos, pero sentí mucho temor, miedo, y un poco de decepción, sé que hice mal muy mal en irme, y no responderte, y dejarte así, lo sé, y te pido disculpas por eso, de verdad, pero no dejaba de quererte, estuve pensando en ti cada día, y si a veces tratando de olvidarte. Lo siento, de verdad lo siento.
— ¿siento?, antes que nada, sabes que no creo en el «lo siento» mira —miro al lado y mi voz se entrecorta— Yo creí en cada palabra de amor que salió de tus labios, en cada comentario tuyo, en cada vivencia, creí y confié en ti todo, me tiré a la piscina por ti, yo no merecía esto, no lo merecía, ¿sabes lo que pensé?, ¿lo destruido que me sentí?, no, no lo sabes por qué sola con tus confusiones me dejaste tirado, si puedes tener todas las dudas que quieras, pero aprovechar tu viaje para desaparecer , eso es de cobardes —los ojos se me ponen llorosos— yo te quise mucho Dalia, te amaba dentro de mí, quería un futuro contigo, todas mis esperanzas y esfuerzos contigo ¿para qué?, Se que también cometí errores, y a veces era muy complicado, pero estaba para ti, solo esperaba entiendas, ayer, escribí algo y decidí apuntarlo por que fue lo que sentía en ese momento — saco la hoja de papel y comienzo a leer.
Sé que muchas veces entre a verte en las redes sociales, entre a recordarte, entre para demostrarme a mi mismo si te había olvidado, si te había superado.
Mi corazón en vez de alegrarse, aunque tenía temor, no lo hizo, solo sintió tristeza, una tristeza grande, de haber perdido a una persona tan maravillosa que consideraba, pero al final, sé que no te perdí, sé que te fuiste.Me hablé a mí y me comparé, quise sonreír, pero no pude, una gran pena me carcomió mi interior, y por más que quise, no pude llorar, ahora tienes otra vida, y yo tengo la mía, me alegro por ti. Me alegro por todo lo bueno que puedas lograr, sé que nunca tuviste razón en esto, pero ahora si nuestros caminos son diferentes.
Este es un pensamiento de esos cuando en algún momento amaste a una persona que consideraste para siempre.
Esto es lo mismo que siento ahora, sé que mi corazón te extraña mucho, pero a la vez, se siente muy lastimado, sé que te quiero aún, pero como alguien que ya no está aquí, es como si desapareciste, y el temor que tengo es tan grande, y si en caso te diera una oportunidad viviría con la duda de que en algún momento puedas irte de nuevo. Lo siento, pero ya no confío en ti, y con el dolor de mi corazón y con las lágrimas que me cuesta dejarlas salir te digo, gracias por los bonitos momentos que vivimos gracias por todo, de nada vale que discutamos ahora, ni que te pida más explicaciones ni que te reclame cosas, ha pasado el tiempo y entendí que a veces el amor tarda y cuando una flor se aleja, puede llegar otra, ahora tú haces tu vida, yo hago la mía. Y realmente, te deseo lo mejor, aunque me duela, aunque no quiera separarme de ti, mi yo interior me dice que es lo mejor.
— Carlos, yo te quiero, te amo
— Dalia, escúchame, yo te quise demasiado, te estaba dando todo de mí, si, a veces teníamos discusiones, pero, me dejaste, te fuiste para quizás no volver y llegas después de tiempo, yo tenía una vida, una vida que creí que sería perfecta contigo, pero al final no fue así, no quiero reprocharte nada, solo entenderte de alguna u otra forma. Te agradezco mucho y quiero que lo que vivimos se quede ahí, con un bonito y hermoso recuerdo.
Dalia se queda en silencio con lágrimas en los ojos
—perdóname tú, si no puedo darte ahora lo que viniste a buscar, sé que mi corazón te quiere mucho, pero es mejor estar así, mi yo, le costaría demasiado confiar, y no puedo darte una vida de tormentos por la desconfianza
Paso mi mano por su rostro, la veo, aquel ángel de quien me enamoré, aquella persona hermosa por la cual estaba dispuesto a todo, quien me estaba enseñando lo bueno de la vida. Ella , Dalia, Luna.
—Creo que esta vez nos merecemos el último abrazo, uno que nos llene de amor, cariño, amistad y sea el sello de una despedida.
Ella me mira, estiro mis brazos y nos acercamos, la abracé, sentí todo su cariño, su ser, el abrazo más fuerte y sincero que ella podía darme, escuche su llanto, sus lágrimas, y yo no pude dejar de sspirar y derramar mis lágrimas, era nuestra despedida.
La solté, la miré y sequé sus lágrimas con mi mano
—tranquila, sé que eres fuerte, que estarás bien, yo no sé si el destino en algún momento nos vuelva a juntar, pero por ahora, sé que nuestros caminos están pintados de formas distintas, hay errores que marcan grandes separaciones.
— Te voy a extrañar Carlos
— Y yo a ti pequeña, mi pequeña Luna, tal vez ya no lo seas, pero olvidarte jamás, nuestras historias en algún momento las verás reflejadas en papel, como una linda historia de amor que viví y que mantendré en el recuerdo.
—te quiero Carlos, te quiero
— y yo a ti te quiero, cuídate mucho
La veo a los ojos, — cuídate Luna.
El reloj marcó las 4:25, la hora en la cual nos conocimos por primera vez, aquel día por la tarde.
One Comment
Orlita Navarro
Me encanto estaba esperando con muchas ansias la siguiente parte
Y ya que lo leí , Valo la pena esperar 👏♥️