Creo haber sido claro conmigo mismo en convencerme y aceptar que no te volveré a ver. Las fotos se vuelven un vago espejismo en mi pensamiento, los recuerdos se disuelven entre mis sueños que poco a poco reflejan un vacío por llenar. He aceptado tu despedida con un dolor que no quiere reventar, un dolor y tristeza que come mis energías y poco a poco acaba con mi fuerza para creer en el amor otra vez. Ya no quiero sentirme mal otra vez, ya no quiero recordar, ya no quiero pensar más, la cólera y el odio por desfogar de una ruptura sin sentido y sin explicación alguna se convierten…