La mañana nos despertaba con un hermoso sol, teníamos que asegurar nuestros pasajes al pueblo de Machupicchu y luego comprar las entradas para ingresar a la ciudadela , nos habían comentado que teníamos que ir muy temprano para adquirirlas de lo contrario encontraríamos mucha cola. Aprovechamos el día para recorrer los alrededores de la ciudad, era muy bonito sentir la energía del centro, de los museos y de toda la arquitectura del pueblo. – Es hermoso, muy hermoso awww que bello —dice Luna. – Lo es, me encanta estar acá, es tan sentimental, tan bonito, tan agradable sentir el aire, el viento y más aún acompañado de tus ojitos y esa…