Siempre trate de comunicarme con dibujos de niño, decir que era lo que quería y que era lo que soñaba, o lo que me pasaba, nadie podía comprender que quería ser pintor y dibujante, era mi sueño de niño , recuerdo mis lápices y mis colores nunca tuve la caja de 24 colores y menos la de 48, no pude comprármelos, tan solo tenia los 12 básicos y siempre me quedaba asombrado con los colores de mis compañeros, el blanco, verde agua, etc.
El mejor regalo de toda mi vida fue un lápiz, pero no cualquier lápiz, era un lápiz carboncillo absolutamente todo el lápiz era carbón, me lo regalaron cuando cumpli 11 años, lo cuidaba como oro por que si se cahía era mas que seguro que se rompiera en pedacitos.
Cuando lo recibí comencé a creer más en lo que podía hacer, trataba de hacer los trazos mas perfectos, y afrontar mi timidez mediante el dibujo, si alguna chica me gustaba dibujaba algo bonito, un amor de niño.
Los dibujos que asía al final los regalaba a quienes me trataban bien, dibujaba muchas cosas, mis paisajes y montañas, mis animales y dibujos animados, trataba siempre de expresarme y de como me sentía mediante mis dibujos. A veces habían cosas que no las podía decir y ellos hablaban por mi, cada uno era especial, no todos tenemos el talento para expresarnos con palabras o tratar de crear bonitos versos cuando se nos antoje, pero mis dibujos y trazos hablaban por mi, podían decir un “ Te quiero”, un “Te extraño” o un “Te hecho de menos”, también “ estoy triste” o “abrázame”, cada uno hablaba por si solo, eran mis dibujos, parte de mi, mi esencia de lo que no podía hablar.
La primera persona que estuvo en mi vida vio muchos de mis dibujos y fue inspiración para varios, creía que estaba loco por que le decía que los cuide como oro y que no los meta en un cajón, eran especiales y no a cualquiera le regalaba uno, representaban parte importante de mi, ella los colgaba en su habitación como cuadros en la pared, si algún día pensaba deshacerse de ellos preferiría que me los devuelva por que no quería verlos en un tacho, le decía.
No todos tenemos la dicha de hablar, y hay cosas que no podemos decir por que nos cuesta, pero más que una palabra están los gestos, hace un año leí un poema escrito por una amiga titulado “Cuando las palabras callan” , y envolvía muchas cosas que a en algún momento nos cuesta.
Pasó el tiempo y mis sueños iban evolucionando la informática entro a mi y el deseo de poder hablar se trasformaba en la mágica palabra “detalles”, un detalle no es un regalo , es un verso escrito que se interpreta de una sola manera, la cual esta escrita en la sonrisa cuando se entrega o se realiza.
Desde que comencé a hacerlos me es imposible no poder hablar con ellos, son como ideas locas que nacen y que las hago por que me gusta, sin pedir nada a cambio, aunque para muchos cueste creerlo.
Soy así y no voy a cambiar a veces tengo que liar con las opiniones de los demás, el clásico “ por qué lo haces” o “es demasiado” o “por las puras”, que saben ellos me pregunto ¿cada uno es distinto, no? ¿Para hacer algo que tiene que ser correcto para los demás , debe ser aprobado por todos?,¿ acaso no existe la originalidad?¿quien es para decir es demasiado o es poco?, Sea mucho o sea poco, depende de cada persona, de cada uno, pero siempre hay que hacer las cosa de corazón sin esperar nada a cambio por que es uno quien habla a través de ello, nada es demasiado y nada es suficiente, lo importante es la forma como la das, chico o grande, lo más importante es el buen deseo con el que te esfuerzas en hacerlo.
Desde que hablo con detalles he perdido el miedo en muchas cosas, e perdido el temor y una de las cosas que más me gusta es ver la sonrisa de la otra persona cuando ve alguna sorpresa, es como un regalo que me llena de felicidad.
A veces siento que quisiera bajar la luna y sorprender a quien pueda estar en mi vida, quisiera escribir en una estrella un gran verso y nombrar una con su nombre como en aquella película a walk to remember.
No todos somos iguales y no todos hacemos lo mismo, todos guardamos parte de lo que no queremos decir y lo decimos de otra manera, pero lo más difícil es hacer que se den cuenta de cómo estas hablando para que entiendan lo que en verdad sucede o se quiera decir.
Dibujar una sonrisa en alguien que quieres a veces es difícil por que no sabes si lo haces bien o mal; Dibujar una sonrisa cuando no ves a esa persona es aún más difícil por que tal ves nunca sepa que uno lo hizo, y dibujar una sonrisa mediante un deseo es casi imposible de saber el resultado.
Hablar con una imagen, con un dibujo con un detalle no quita la esencia de una palabra, es más bien un recuerdo que se quedara grabado con una sonrisa para quién lo fue.
«Recuerdo que estaba en mi cama con una cartulina y un lápiz, y dibuje el cielo donde escribí que quería ser feliz con una sonrisa.»