Cada noche lluviosa mientras el cielo llora empezaré con una sonrisa prendido frente a la ventana y terminare con una lágrima mientras mi aliento empaña la luna y deja helados mis sentidos, cada mañana que el sol despeja y alumbre me levantaré como si fuera mi último día y dormiré cuando las nubes cubran el cielo lleno de estrellas como si no fuera a despertar nunca más.
Viviré cada día como alguien que recién nace; reiré y lloraré con todas mis fuerzas, sonreiré en cada lado, soñaré en cada ruta que tome, mantendré una postura firme y no caeré.
Por el atardecer descansaré como si hubiera trabajado toda mi vida, veré la puesta del sol desde el vacío del abismo contemplaré cada instante y me rehusaré a dejar el lugar, soñaré y pediré un deseo aquel que sucumbe mis sentimientos y vive perdidamente sin mostrarse e iré retrocediendo siguiendo mi camino hacia el fin del espectáculo.
Llegare a casa e iré en busca tuya, te buscare en cada espacio en cada estancia, en cada lugar hasta que mi corazón te escuche y empiece a sentir tu presencia, te mirare a los ojos, dejare que mis sentimientos hablen y tomen posesión de mí, susurrare a tu oído y te pediré un abrazo, una caricia, un beso, una palabra, una última señal antes de cerrar mis ojos y soñar por la eternidad.